Combatiendo la finitud de la tumba
Encuentra un ciervo ratón (o venado) sin vida en la puerta de su casa, y lo entierra en el patio. Coloque su lápiz en la página donde imagina la tumba. Ahora comience a trazar el contorno del ratón: el esqueleto, el sistema pulmonar, el sistema límbico.
A continuación, siga las líneas de potencial transformación. Los primeros pueden viajar como lo hacen los fosfatos, alcanzando las raíces de los árboles y subiendo por el tronco, hasta las hojas mientras son masticadas por las orugas que son arrancadas por el ave que vuela al nido para poner huevos.
Regrese su lápiz a la tumba para encontrar la siguiente línea. Ésta viaja en el vientre de un escarabajo, desde el suelo, a través de una pared rocosa y de regreso al suelo.
Vuelva a este dibujo tantas veces como quiera. Al árbol con orugas que ahora se corta para leña. A los pajaritos que salen del nido a buscar bichos para desayunar.
Siempre habrá movimiento.
Siempre transformándose. Siempre convirtiéndose.