El dolor y el arte

Durante esta gran cuarentena global, nuestro comportamiento ha sido moldeado por la contaminación del mundo. Nos hemos separado de los demás para escapar del virus exterior, que es invisible, silencioso y mortal. Como resultado, hemos pasado mucho más tiempo mirando por las ventanas que antes. La ventana se ha convertido en la forma segura para que podamos ver el mundo sin tocarlo y reflejar nuestro mundo interior.

En tiempos de crisis como esta, mientras tratamos de dar sentido a nuestra realidad cambiante, el arte puede servir como balsa salvavidas y sostenernos mientras nos orientamos.

Tome una hoja grande de papel y dibuje una ventana. En cada uno de los paneles, dibuje o pegue fotografías de los objetos y/o personas que son importantes para usted. Cuélgalo donde pueda verlo fácilmente. Crear una ventana de confort le recordará su amor y apoyo.

Apunte de: Susan Hoffman Fishman